Qué nos puede enseñar la Fitbit Flex del futuro iWatch
Fitbit app, la razón de ser de la pulsera Flex
Cuando lanzas la app por primera vez, superas el proceso de alta, introduces tu altura y peso y sincronizas la pulsera con tu iPhone, lo primero que verás serán tres menús: panel, amigos y cuenta. El que vas a utilizar casi siempre es el de panel, ya que es el centro neurálgico de la app.
Desde aquí tienes a tu disposición y de un vistazo los datos recopilados por tu pulsera. Si accedes a cada uno de ellos podrás ver la información en detalle y distribuida a lo largo de las 24 horas del día: pasos, kilómetros recorridos, minutos de actividad y calorías quemadas. Es muy importante haber introducido tu altura correcta puesto que a partir de ahí se calcularán tus pasos y distancia recorrida. Lo mismo ocurre con tu peso, si quieres tener un número lo más aproximado posible debes ir actualizándolo regularmente.
Hay varias características que me gustan mucho de esta app y su pulsera, por ejemplo:
- La creación de un histórico con tu actividad. En el panel puedes manejarte con las flechas para consultar qué has estado haciendo en el pasado.
- El objetivo diario. Puedes elegir que la pulsera te avise cuando hayas alcanzado un objetivo que tú has especificado, como superar los 10.000 pasos diarios (es el que viene por defecto) o una distancia en kilómetros. De alcanzar el objetivo, la pulsera vibrará y sus luces parpadearán como locas celebrando tu pequeño triunfo.
- Ver la evolución y la actividad según la hora del día. Es interesante ver cómo es tu actividad cada hora.
- Alarma silenciosa. Puedes configurar una alarma o varias para que te levante mediante vibración todos los días a la hora que especifiques o para que te avise de algo que tienes que hacer.
- Monitorización del sueño. Si alguna vez has utilizado una de esas apps para controlar tu ciclo de sueño con el iPhone, ahora vas a poder hacerlo con tu pulsera sin poner tu teléfono debajo de la almohada.
- No hay que preocuparse de si te lavas las manos con ella. Aunque yo no la utilizaría para nadar en la piscina o la playa, al igual que me quito el reloj water resistant.
- La batería. Me sorprendió mucho que la Flex fuera capaz de llegar a los 6 o incluso 7 días sin volver a recargarla. Conectarla sólo de vez en cuando al iPhone mediante bluetooth y que la pantalla tenga cinco leds ayuda bastante a la duración.
Como añadido, si tienes un iPhone 5s pero no una pulsera de esta compañía puede configurar la app para que utilice el coprocesador M7 de este terminal. Aunque no es compatible utilizar ambos sensores para una lectura más precisa.
El punto débil de los wearables
Resulta frustrante ver cómo para activar la monitorización del sueño hay que darle unos toquecitos a la pulsera antes de dormirte. Al principio me acordaba de hacerlo, pero llevo meses sin controlar mis ciclos de sueño. Es un problema que se agrava al tener que dar esos toques, ya que más de la mitad de las veces debía golpear la pulsera sin piedad para hacerlo. Y para desactivarla al día siguiente, más de lo mismo. Toques, toques, golpe.
La experiencia de usuario aún le falta recorrer unos cuantos kilómetros
¿Cómo es posible que solo por dejar de moverme o dar pasos no sea capaz de activar la función de sueño por sí sola? ¿Acaso no pueden inferirlo de todos los datos acumulados durante estos casi 6 meses? ¿Sacar una hora aproximada a la que me voy a dormir cada día de la semana y que se pusiera "en alerta"? Para mí, es incomprensible que alimentes constantemente de datos a un dispositivo que luego es incapaz de aprovecharlos.
Sobre el hardware, la idea de llevar una pulsera encima me gusta y creo que es una de las maneras menos intrusivas de cuantificarnos. La forma de cápsula que tiene el sensor y el hecho de introducirla en la banda de goma es ingeniosa. Sin embargo, tras el medio año que llevo con ella queda claro que el desgaste que está sufriendo la goma afectará a su duración.
¿Significa todo esto que pienso tirar mi Fitbit a la basura? Claro que no, me gusta la pulsera con sus virtudes y defectos. Soy consciente de para qué sirve y cómo puedo sacarle ventaja, pero también conozco sus limitaciones. Pero me gustaría creer que esto es el principio de algo mucho más grande.
¿Qué puede aprender Apple de todo esto?
La tecnología wearable es una oportunidad. Todo el campo de sensores [cuantificadores] va a explotar. Todavía está muy desordenado pero con el tiempo se volverá más claro - Tim Cook.
La pulsera es interesante. Pero aún tienes que convencer a la gente para que lleve una - Tim Cook.
Dar en el clavo en el negocio del hardware es muy difícil. Muy pocas compañías consiguen ganar dinero de manera saludable con el hardware. Los fabricantes de productos genéricos se suben al carro de las novedades con mucha rapidez, bajando el precio hasta rozar el ridículo. En China ya puedes encontrar pulseras de este tipo desde un precio de 32 dólares.
Tal vez por eso Nike se deshizo de la parte dedicada al hardware de sus pulseras Fuelband en abril. Han decidido que el verdadero negocio está en el software y por ello van a licenciar su sistema a otras compañías que se encarguen del hardware.
Es curioso cómo Apple parece querer tener bien atado el software antes de enseñarnos el hardware. Desde hace unos meses llevan contratando a varios empleados de Nike (además de expertos en medicina):
- Jay Blahnik, desarrollador de la Fuelband, fue fichado en agosto del año pasado.
- Ben Shaffer era uno de los responsables que también trabajaba en la pulsera de Nike.
- Apple también fichaba a dos ingenieros del equipo de la Fuelband la semana pasada.
Y luego está, por supuesto, Healthkit. Si resulta que Apple presenta un iWatch o lo que sea relacionado con la cuantificación personal, espero que hayan resuelto los problemas que padecen Fitbit y similares. Tal vez sea algo que sólo una integración total entre sistema operativo, plataforma, servicios y hardware sea posible. La especialidad de Apple.
Las revoluciones no se crean con el concepto del producto, sino cuando el mismo se instala en nuestras vidas.
Hace unas semanas que Pedro Aznar mencionaba esta frase en su artículo "El viaje al iWatch". Sólo el que llega primero con el producto correcto, no el que simplemente llega primero, tiene la posibilidad de convertirse en cotidiano. Una meta que el wearable en su formato actual todavía no ha alcanzado.
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