Todos sabemos que uno de los mercados más suculentos para el iPad es el de la educación, donde la compañía ha encontrado un auténtico nicho de clientes en las instituciones educativas que se animan a integrar el iPad en su programa de estudios. Se ha demostrado que mejora y dinamiza mucho el aprendizaje de los niños, pero ¿qué pasa cuando una escuela dice que el iPad pasa a ser obligatorio?
Esto es lo que ha pasado en l’Escola Andorrana, un colegio público del pequeño estado de Andorra que ha decidido que los alumnos de secundaria tendrán que comprar de forma obligada un iPad 2 para ir a clase. Según Fran, uno de nuestros lectores que nos ha enviado datos relacionados, ese iPad 2 costará 450 euros e incluirá un seguro por pérdida o rotura, una funda, un lápiz óptico, la grabación en láser del nombre del alumno y una tarjeta iTunes de 25 euros.
La polémica no ha tardado en aparecer: estamos hablando de una escuela pública exigiendo que las familias se gasten 450 euros sí o sí, con la única ayuda de un plan de financiación extensible a veinte meses y ninguna ayuda oficial. Y en Andorra también sufren la crisis: desde un diario local ya se hablan de casos de familias que no van a poder permitirse esa financiación. Y no te digo ya si estas familias tienen dos o tres hijos.
Más calidad, pero a un precio demasiado alto para muchos
He visto personalmente cómo funcionan estas iniciativas en España: algunos colegios (todos ellos privados) deciden introducir el iPad en el programa educativo de sus alumnos. Normalmente es un modelo concreto de la tableta, y las familias tienen la opción de comprarlo directamente a Apple o a través de algún distribuidor autorizado que a su vez puede haber llegado a un acuerdo con la escuela para vender el terminal con ciertas ventajas o descuentos. En algunos casos esta compra es obligada, pero estamos hablando de situaciones con más ventajas del caso andorrano y de escuelas privadas con alumnos de familias más aventajadas.
Hay varios puntos discutibles. Lo primero es que han escogido el iPad 2 como dispositivo de compra obligada, y no me extrañaría que iOS 7 no fuese compatible con él y los alumnos acabarían teniendo un dispositivo parcialmente obsoleto nada más empezar el próximo curso. Tampoco habría estado mal ahorrar algo de dinero (y peso en las mochilas de los alumnos) escogiendo el iPad mini, algo más pequeño pero igual de capaz y potente que el iPad 2.
Pero lo principal aquí, más que el modelo y el precio, es que se fuerza a los alumnos de una escuela pública a comprar un producto que muchas familias no se podrán permitir (o como mínimo va a ser un esfuerzo económico muy fuerte para ellos). Y sí, el iPad puede mejorar mucho la forma en la que estos alumnos siguen sus asignaturas y se ahorran el alto precio de los libros tradicionales, pero aún así es un gasto obligatorio y por lo tanto discutible.
¿Habéis vivido un caso similar? No dudéis en aportar vuestra experiencia en los comentarios. ¡Gracias a Fran y a Xavi por comentarnos la noticia!
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