Las interfaces de usuario siempre son el motor de una gran revolución. A Apple le sucedió con la interfaz gráfica en el Lisa y el Macintosh, la Click-Wheel de los iPod, y la pantalla multitáctil en los iPhone y los iPad.
Durante muchos años, pensamos en que la metáfora de los escritorios virtuales en 3D sería el siguiente gran paso. Pero nos olvidamos que trasladar cómo visualizamos la realidad a cómo funcionamos en el mundo digital, es radicalmente diferente. Tenemos que adaptarnos.
La interfaz multitáctil del iPhone ha sido uno de los grandes cambios en la tecnología de los últimos años. Nos permitió interactuar de forma natural con un mundo que no era real, dando lugar a que incluso niños supieran moverse por una interfaz diseñada en un dispositivo mucho más avanzado para su edad. Y eso es porque era intuitivo, pero cada vez más, se nos quedaba corto.
3D Touch, más allá de la pantalla
Apple ha conseguido por fin dar con el término medio que aúna aquellos conceptos futuristas de profundidad con el equilibrio perfecto de la comodidad de uso: lo llamó Force Touch, y ya lo pudimos probar en el nuevo MacBook (2015) y en el Apple Watch.
https://youtu.be/q0_IGRt-XlI
En el Apple Watch, las acciones que nos permite la tecnología Force Touch son las contextuales: por ejemplo, en la aplicación de música podemos cambiar de dispositivo origen, en Swarm permite recargar la lista de lugares para hacer check-in o el propio watchOS al presionar con fuerza una esfera, nos muestra el carrusel de las disponibles para poder cambiarla.
Con el 3D Touch, Apple evoluciona a lo grande esta tecnología. Ahora dispone de tres niveles de presión, permitiendo también medir la variación en tiempo entre ellos. Con ésto, Apple nos presenta dos nuevos conceptos: Peek (vistazo) y Pop (explotar). Si hacemos Peek sobre algún objeto, veremos parte de su contenido. Si hacemos Pop, se abrirá completamente ante nosotros. Sólo manteniendo pulsado y ejerciendo más presión, o soltando el dedo sobre la pantalla.
Todo ésto cambia radicalmente la forma en la que nos relacionamos con las apliaciones, ya quetraslada la interfaz gráfica que mostraba los anteriores controles para estas acciones, a la medida de presión que el usuario hace sobre la pantalla. En un mismo espacio, las acciones se multiplican.
3D Touch, los primeros usos
Apple nos ha mostrado en la keynote cuales son los primeros usos que iOS 9 y los nuevos iPhone 6s nos permitirán hacer. Si os fijáis, un cambio con esta tecnología cambia la interfaz gráfica incluso de las aplicaciones que ya conocemos, como Mail, por ejemplo.
También nos servirá para previsualizar objetos de forma muy rápida, sin perder el foco de dónde estamos y permitiendo volver al comienzo con tal sólo soltar un dedo. Por ejemplo, consultando enlaces, revisando fotografías o incluso nombres de direcciones, que abrirá la aplicación Mapas si hacemos Pop sobre él.
Una de las cosas más interesantes de esta tecnología, es la funcionalidad a la que dota a las aplicaciones... sin tan siquiera abrirlas. Pulsando con fuerza sobre sus iconos, los desarrolladores pueden darnos muchas más opciones, como escribir a contactos frecuentes, nuevo mensaje en blanco, desde Mensajes, o enviar ubicaciones, marcadores o búsquedas en Mapas.
Más allá de todas las nuevas opciones que aporta, contar con un Taptic Engine (un motor de vibración háptico) en un dispositivo como el iPhone puede dar mucho juego al mejorar la respuesta entre la interacción del sistema operativo y nuestros gestos. Todo un mundo de posibilidades que todavía hay que explorar, y al que sólo nos estamos asomando. Para todos los que ya hemos tocado con presión alguna vez nuestro iPhone, de la misma forma que utilizamos nuestro Apple Watch, es un comienzo prometedor.
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